Un estudio de la Universidad de California en San Diego revela que la administración de cannabidiol (CBD) puede reducir la dependencia al alcohol y prevenir daños cerebrales inducidos por su consumo. Los hallazgos señalan nuevos caminos en el tratamiento de trastornos por consumo de alcohol.

Publicado en la revista Neuropsychopharmacology, el estudio analizó los efectos del CBD en dos modelos con roedores: exposición intermitente al etanol y autoadministración de vapor de etanol. Estos modelos simulan aspectos clave de la dependencia humana y permiten evaluar el impacto del CBD durante la abstinencia y posibles recaídas.

Los resultados mostraron que el CBD, administrado en dosis de 30 y 60 mg/kg, redujo la ingesta voluntaria de alcohol, alivió los síntomas de abstinencia física y disminuyó la ansiedad asociada. Además, el cannabidiol bloqueó el restablecimiento del comportamiento de búsqueda de alcohol inducido por el estrés, factor clave en la "recaída".

Protección cerebral y mecanismos neurobiológicos

A nivel neurobiológico, el CBD normalizó la actividad neuronal en la amígdala basolateral, región fundamental para el control de las emociones y procesos de dependencia. También ofreció protección contra la neurodegeneración en áreas relacionadas con la recompensa y la formación de hábitos, como el núcleo accumbens y el estriado dorsomedial.

Seguridad y aplicabilidad en humanos

Los investigadores destacaron que los niveles plasmáticos de CBD observados en los roedores eran similares a los informados en ensayos clínicos en humanos, reforzando la aplicabilidad de los resultados. Tampoco se observaron efectos sedativos ni alteraciones en el metabolismo del alcohol, evidenciando el perfil de seguridad del CBD como terapia complementaria potencial para el trastorno por consumo de alcohol.

Contenido publicado originalmente en cáñhamo