“Mi piel era sangre viva”: El nieto de Abuelo Anésio revela el drama vivido en la infancia con dermatitis grave
El nieto de Abuelo Anésio, Caio Fiorídias, comparte su trayectoria con la dermatitis atópica, el acoso escolar y la fuerza que encontró con el cannabis medicinal
Publicado en 05/08/2025

Caio Fiorídias, nieto del legendario cultivador Abuelo Anésio, lleva en el cuerpo las marcas de la dermatitis atópica y en el alma la fuerza de quien transformó el dolor en empatía | Archivo Personal
“Notaba a la gente con miedo de tocarme”. Con esta frase, Caio Fiorídias, nieto del icónico Abuelo Anésio, comienza a revelar las marcas invisibles dejadas por una infancia de dolor, aislamiento y resistencia.
En el episodio #40 del Deusa Cast, el podcast de Portal Sechat, comparte un relato conmovedor: “todo esto me convirtió en un ser humano muy fuerte”. Y es esa fuerza la que se desborda en cada una de sus palabras.
Desde niño, Caio ha convivido con crisis severas de dermatitis atópica. No eran simples manchas en la piel, eran heridas abiertas, picazón incontrolable, capas y capas de piel que se deshacían al tocarlas.
“Mi madre barría la casa tres veces al día y salía con la pala llena de piel”, recuerda, con la voz cargada de recuerdos. A los 16 años, llegó a un punto tan crítico que la piel ya no podía regenerarse. "Mi oreja estaba pegada. Vivía atrofiado, solo me ponía sábila en el cuerpo. Era sangre viva", contó Caio durante el Deusa Cast.
Sin embargo, las cicatrices no se limitaron al aspecto físico. La exclusión social y el acoso escolar también marcaron su trayectoria. “El ‘granitos’... el ‘sarna’... escuchaba de todo. Pero aprendí a defenderme, a explicar, a resistir. Entendí que o caía en ese agujero o aprendía a lidiar con él”, dijo.
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Fue solo después de la adolescencia que el cannabis entró en su vida. Y, con él, la luz. “Comencé a salir al sol. Algo simple, pero que no podía hacer. Mi piel volvía a la normalidad poco a poco. El tratamiento con cannabis me dio calidad de vida, me dio libertad”.
Caio también cuenta cómo la planta ya había transformado la vida de su abuelo, uno de los mayores símbolos de la lucha por el cultivo y uso medicinal en Brasil, y ahora, sigue ayudando a las generaciones.
“El cannabis es cuidado. Es reconexión. No solo curó mi piel. Me ayudó a mirar con más empatía al otro. El dolor del otro nunca es menor solo porque es diferente al mío. La nada para mí puede ser el fin para ti”, reflexiona Caio.
En el Deusa Cast, su discurso resuena como un recordatorio urgente: es necesario dar espacio a los dolores que no son visibles. Y también a las soluciones que aún son estigmatizadas.
Mira el episodio completo #40 del Deusa Cast, con Caio Fiorídias, y conoce más sobre la fuerza detrás del dolor y sobre cómo el cannabis puede ser un camino de alivio, cuidado y nuevo comienzo.
