El papel de la cannabis en el tratamiento de los trastornos alimentarios
Comprenda cómo la sustancia puede influir en el apetito, la ansiedad y el estado de ánimo, y qué cuidados médicos son esenciales
Publicado en 29/08/2025

Uso de cannabis en trastornos alimentarios despierta debates sobre riesgos y beneficios | CanvaPro
Los trastornos alimentarios no se tratan solo de lo que se come o se deja de comer. A menudo son el reflejo de dolores profundos, de luchas silenciosas contra la propia imagen, contra la ansiedad o el vacío que persiste en habitar en un mundo complejo.
Entre los intentos de encontrar alivio, algunas personas han recurrido a la cannabis, no como cura, sino como posibilidad de suavizar síntomas y reequilibrar emociones.
¿Qué son los trastornos alimentarios?
Estas condiciones de salud mental afectan a millones de personas en todo el mundo e implican patrones persistentes de pensamientos y comportamientos relacionados con la alimentación y el cuerpo. Entre los más comunes se encuentran:
Anorexia nerviosa – restricción alimentaria severa y distorsión de la imagen corporal.
Bulimia nerviosa – atracones de comida seguidos de comportamientos compensatorios como vómitos o ayuno.
Trastorno por atracón – ingesta de grandes cantidades de comida en poco tiempo, acompañada de culpa y vergüenza.
Las consecuencias van más allá de la relación con la comida: incluyen debilitamiento del sistema inmunológico, riesgo cardiovascular, osteoporosis, depresión, ansiedad y, en casos graves, muerte prematura.
Causas multifactoriales
Los trastornos alimentarios no tienen una única causa. Son el resultado de la combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos, como:
Genéticos: historial familiar, alteraciones hormonales y cerebrales.
Ambientales: acoso, presión estética, críticas sobre el cuerpo, entornos laborales o pasatiempos que requieren delgadez.
Psicológicos: baja autoestima, perfeccionismo, trauma, ansiedad o depresión.
Cannabis en el tratamiento
Investigaciones indican que pacientes con anorexia u otros trastornos alimentarios presentan niveles elevados de anandamida, sugiriendo una relación entre el Sistema Endocannabinoide, la grelina y los atracones de comida. Un estudio de la Universidad Estatal de Michigan, con 33 mil pacientes, mostró que los usuarios de cannabis ganaron peso, pero en menor proporción que los no usuarios. Por otro lado, pruebas de Can-Fite Bio Pharma señalan que fracciones de CBD pueden reducir hasta un 60% la expansión de células de grasa, aunque aún se encuentran en fase experimental.
Beneficios reportados:
- Estímulo del apetito, útil en casos de anorexia.
- Reducción de la ansiedad y del estrés en torno a la alimentación.
- Acción analgésica contra dolores físicos relacionados con el cuadro.
- Regulación del estado de ánimo y reducción de síntomas depresivos.
Riesgos potenciales:
- Agravamiento de síntomas psiquiátricos, como ansiedad y depresión.
- Déficits cognitivos (atención, memoria, razonamiento).
- Posibilidad de dependencia.
- Efectos secundarios como boca seca, mareos, taquicardia y fatiga.
Tratamientos reconocidos
Hoy en día, las formas más efectivas de cuidado implican enfoques integrados:
Psicoterapia, especialmente la terapia cognitivo-conductual.
- Medicación, para la ansiedad y la depresión asociadas.
- Asesoramiento nutricional, para reconstruir hábitos alimentarios saludables.
- Tratamiento residencial, en casos graves, con apoyo multiprofesional intensivo.
La cannabis puede, en algunos contextos, aparecer como terapia complementaria, pero siempre con el acompañamiento médico especializado.
Ante la complejidad de los trastornos alimentarios, no existe una solución única o mágica. Lo que existe es la necesidad de una red de apoyo, tratamiento profesional y políticas públicas que amplíen el acceso al cuidado.
Con información de StayHonest.