Embrapa, The Green Hub e Instituto Ficus firman acuerdo para impulsar investigación y agronegocio de cannabis en Brasil
Alianza sin precedentes busca unir ciencia, innovación y regulación para transformar el cáñamo en una nueva frontera del agronegocio brasileño
Publicado en 27/08/2025

Imagen Ilustrativa: IA
El sector de cannabis en Brasil ha ganado un nuevo capítulo con el anuncio de una alianza estratégica entre Embrapa, The Green Hub y el Instituto Ficus. La iniciativa, llamada HEMPTECH BRASIL, se enfoca en estructurar procesos de inteligencia estratégica, fomentar investigaciones y estimular la innovación para desarrollar de manera sostenible la cadena productiva de cannabis en el país.
El acuerdo surge en un momento decisivo, ya que la Unión tiene hasta el 30 de septiembre para regular la producción nacional de cáñamo, tras una determinación del Tribunal Superior de Justicia (STJ). El escenario regulatorio será determinante para definir el espacio que Brasil ocupará en el mercado global.
Bruno Pegoraro, presidente del Instituto Ficus, destacó la importancia de la revisión de la Portaria 344/1998 como punto crucial: "El cambio crucial, que definirá cuándo y hasta qué punto Brasil ingresará en el mercado global de cáñamo, es la revisión de la portaria 344/1998. Si abre una excepción para el cultivo solo para la industria farmacéutica, las oportunidades serán muy limitadas y los beneficios se cosecharán, en el mejor de los casos, en un plazo bastante largo."
Según él, lo ideal sería que la Anvisa reconociera la jurisprudencia del IAC 16 y permitiera el cultivo de variedades con menos del 0,3% de THC, independientemente de la finalidad, además de crear reglas claras para investigaciones e importación de insumos. "Con la burocracia y la falta de transparencia actuales, la investigación con Cannabis es inviable en Brasil actualmente," afirmó.
Pegoraro también advirtió sobre los riesgos de una regulación excesivamente restrictiva: "Una regulación muy restrictiva puede acabar siendo inútil. La restricción del 0,3%, típica de países de clima templado, representa un riesgo. La restricción al mercado farmacéutico, como la Anvisa señaló en los dos borradores de modificación de la portaria 344 publicados en los últimos dos meses, también limita considerablemente las oportunidades de desarrollo."
Como alternativas, mencionó los modelos de regulación de Uruguay y Colombia, que ofrecen una mayor diversidad de licencias y oportunidades de mercado. Para él, el desafío va más allá de la regulación: es necesario invertir en ciencia y tecnología para desarrollar cultivares adaptados al clima brasileño y garantizar la competitividad.
En este punto, la contribución de Embrapa se ve como estratégica. Daniela Bitencourt, investigadora de Embrapa Recursos Genéticos y Biotecnología, destaca el potencial brasileño, pero señala los obstáculos actuales: "Brasil tiene todas las condiciones para ser un gran productor de cáñamo: clima adecuado, suelos fértiles y millones de hectáreas de pastizales degradados que podrían ser recuperados con este cultivo. Pero el primer desafío es la regulación. Sin un marco regulatorio claro y sólido, no es posible estructurar la cadena productiva de manera segura."
Explica que, además de la regulación, es fundamental garantizar semillas de calidad, variedades adaptadas e industrias preparadas para absorber la producción. "Plantar ya es viable, el gran obstáculo está en desbloquear esta maquinaria que une ciencia, campo y mercado."
Sobre el papel de la investigación agropecuaria, Bitencourt recuerda que la historia de la soja en el Cerrado muestra cómo la ciencia y la innovación pueden transformar cultivos desafiantes en motores del agronegocio: "La investigación es el puente entre la oportunidad y la realidad. Embrapa tiene una larga experiencia en transformar cultivos desafiantes en motores del agronegocio brasileño, la soja en el Cerrado es quizás el mejor ejemplo."
El potencial económico es amplio y va más allá del uso medicinal: "El cáñamo es un cultivo versátil, y eso es lo que lo hace tan especial. Puede generar fibras para el sector textil, semillas y aceites ricos en terpenos, aminoácidos esenciales y omega para la industria alimentaria, materias primas para cosméticos e incluso insumos para la construcción civil, como bloques sostenibles y bioplásticos."
La investigadora también destaca el carácter inclusivo del cultivo: "Tanto grandes industrias como cooperativas y agricultores familiares pueden encontrar en el cáñamo una nueva fuente de ingresos. Es una oportunidad de diversificación productiva que conecta el campo con diferentes sectores de la economía, generando innovación, empleo e impacto positivo para el medio ambiente."
Marcel Grecco, fundador y CEO de The Green Hub, también celebró la alianza: "Estamos entusiasmados de unir fuerzas con Embrapa y el Instituto Ficus para impulsar la innovación y la investigación científica en el sector de cannabis en Brasil. Creemos que, juntos, podemos crear un entorno propicio para el desarrollo de nuevas tecnologías y modelos de negocios sostenibles."